Culminó la feria de ANUGA en Colonia, Alemania, la feria de alimentos más emblemática e importante del mundo y a la cual el sector de las carnes de Uruguay asiste desde 1981.
La actividad se extendió por cinco días. En el stand de INAC participaron veinte plantas expositoras. Durante cuatro días se ofreció carne de Uruguay, a unas ochocientas personas diariamente.
Asimismo, se realizó una recepción el 6 de Octubre en el restaurante Rheinterrassen, a la cual asistieron 280 personas.
Por otro lado, la delegación oficial de INAC participó en varias reuniones con organizaciones e instituciones de varios países y con las empresas con las cuales se llevan adelante las campañas de promoción en China y Alemania. Finalmente, durante una semana, hubo 23 puntos de publicidad de las carnes de Uruguay en las calles de la ciudad de Colonia.
Esta edición tuvo una nota particular: un escenario mundial, en lo que respecta al comercio de proteínas animales, que es unánimemente calificado como único en la historia, con desafíos y oportunidades sin precedentes para el sector exportador de carnes de Uruguay. Claramente, la tónica es opuesta entre Europa versus Asia y Norteamérica.
En Europa, el consumo de carne vacuna se ha visto presionado por los temas ambientales expuestos en los medios de comunicación, en particular en países claves importadores como Alemania. A esto se suma una fuertísima presión de la oferta de Argentina, con precios para los cortes tradicionales (bife angosto, lomo y cuadril) en franco descenso y a niveles inéditos, haciendo difícil la colocación de los productos de Uruguay dadas las diferencias en las cotizaciones del ganado.
Por otro lado, Asia (que hoy concentra más de la mitad de las importaciones mundiales de carne vacuna) está atravesando la mayor transformación en la historia reciente, con un alcance en el impacto a escala global. El epicentro es en China. La tendencia de aumento en las importaciones de carne de China, a tasas de crecimiento que han ido desde el 20% al 50% anual, lleva ya varios años, desde 2011, resultado del cambio en las políticas del gobierno en cuanto al aseguramiento de la inocuidad, se acentúa por la crisis sanitaria.
En 2019, los efectos de la fiebre porcina africana, dejan claro que en 2020 la situación alcanzará una magnitud de dimensiones que cuesta imaginar. Entre 2019 y 2020, las estimaciones indican una reducción de unas 23 millones de toneladas en carne de cerdo, la principal proteína que consumen en China. Esto ha llevado a que China aumente sus importaciones de todas las carnes. De todas formas, no hay manera de compensar la reducción en la producción de carne de cerdo de China y es esperable un descenso en el consumo. Cabe tener presente, que todo el comercio mundial de carne de cerdo ronda las 9 millones de toneladas anuales. El efecto de la crisis afecta todas las carnes y es evidente: China es, por lejos, el principal importador mundial de carne vacuna: alcanzará más de 7 mil millones de dólares en 2019.
Uruguay tendrá una participación cercana al 15% de ese total. El efecto del gigante asiático está provocando un reacomodo en el comercio mundial, con aumentos en los precios de importación y por tanto reconfiguración de los circuitos comerciales. La importación y el consumo creciente de carne, también es la tónica en Japón y Corea. Asimismo, Estados Unidos lleva ya unos cuatro años en el crecimiento del consumo, reflejando la fortaleza en el poder adquisitivo de los americanos y la elevada producción.
El escenario 2020, de mantenerse lo que se ha reflejado en ANUGA, es que Uruguay siga direccionando más volumen a China, por tanto que haya una importante caída en el valor de las exportaciones a Europa y Estados Unidos.
En síntesis, el mayor movimiento se da desde la oferta de proteínas (por la magnitud de la baja de producción de cerdo en China), y el cambio en el comercio afecta a todas las proteínas y a escala global.