Diana Rodgers, nutricionista de EEUU es una defensora de las carnes que ha dedicado su tarea a dar recursos a los productores de diversos países para que defiendan la producción ganadera y la alimentación con carnes.
Su concepción de dieta óptima y agricultura sostenible la ha llevado a visitar el año pasado 10 países defendiendo la importancia de la carne para la sostenibilidad. Ha creado una organización porque entiende todas las personas tienen derecho a alimentos que sean nutritivos.
Durante su conferencia en una sala colmada por más de 200 personas, Rodgers sostuvo que la carne de laboratorio no contribuye a la soberanía en alimentos. Agregó que se enfoca en la nutrición de niños y adolescentes para asegurar a la población que no tienen acceso a ellos y también influenciar con quienes hacen las reglas.
Los casos más problemáticos son quienes reducen el consumo de carne porque creen que el precio es caro o porque la entienden como algo perjudicial para la salud.
La nutricionista se refirió a las campañas en países de Europa que motivan a no comer carnes algunos días de la semana. El 27 % de estos niños provienen de familias con pocos ingresos y de esta manera se está aceptando que vayan a sus hogares que no son seguros en materia de acceso a alimentos sin consumir carnes los lunes y los viernes, destacó Rodgers.
Durante su exposición, la profesional incorporó datos de consumo de calorías de Uruguay y en relación a ultraprocesados. También destacó las cifras de anemia en niños en nuestro país con una incidencia de un 31 % , situación que influye en el riesgo de desarrollo cerebral. Esto también sucede con mujeres embarazadas, manifestó
Asimismo, comentó otras dos dimensiones sobre el asunto; la relación de las carnes con el cáncer, manifestando que la co-relación no es causa, poniendo énfasis en las deficiencias nutritivas, en especial por el hierro y la vitamina B12 y la narrativa en contra de la carne en relación a las causas del cambio climático.
El 60 % de la tierra no es cultivable, es lo principal para transmitir a la gente sostuvo Rodgers. Las personas tienen que entender que los animales transforman lo que no podemos consumir, manifestó.
El mejor uso que podemos dar a las praderas es la crianza de animales porque ellos son recicladores en realidad y no hay evidencia científica que dejar de producir ganado y de comer carne sea bueno para la salud, y sabemos es malo para las comunidades, en especial para los niños y mujeres que necesitan la carne, resumió finalmente la profesional.